Pequeñas personas, en pequeños lugares, haciendo pequeñas cosas, pueden cambiar el “mundo...”

Por eso, en Puentes no nos preocupa tanto hacer grandes cosas (otros las hacen bien y mejor que nosotros) sino cómo ayudar a despertar en nosotros y en un número creciente de personas esa dimensión íntima, profunda, que tradicionalmente se ha llamado alma. En esa dimensión, inseparable del ser humano, radica lo mejor de nosotros mismos. De allí surgen las expresiones de los valores comunes a la verdadera naturaleza de todos los hombres: el sentido de lo que es bueno y justo, de lo que favorece la libertad exterior e interior, de lo que favorece la convivencia en paz ... De ese abismo sin fondo, brotan la verdadera solidaridad y todas las distintas expresiones de amor.

Es algo que no se conoce por la inteligencia, sino por la experiencia del que está en búsqueda. Por eso, participar en una ONG de ayuda al desarrollo integral de las personas, puede ser una de esas experiencias, cuando no se hace por tranquilizar la conciencia, ni dar buena imagen, ni adquirir mérito alguno, sino tan sólo, por dar una respuesta humana, es decir, inteligente y sensible, a la interpelación que nos hace la situación de otras personas.

Durante décadas hemos transitado por distintos modelos que sumergieron a un amplio sector de nuestra sociedad es decir a lo largo y ancho de nuestro país, en la pobreza, desigualdad, desamparo, abandono, marginalidad por eso es momento de aunar fuerzas, consensos e ideas superadoras para salir adelante y lograr ser ese país que tanto soñamos. Para ello en necesario que todos los argentinos estemos juntos, participando desde el lugar que creamos conveniente pero comprometidos con lo que hacemos.